miércoles, 22 de enero de 2014

Los pacientes con enfermedades neurodegenerativas son especialmente vulnerables a los efectos del calor



En estos días de calor intenso, es necesario recordar la importancia de que toda la población, especialmente niños y personas mayores, permanezcan hidratados (entre 1.5 y 2 litros de agua diarios) e intenten evitar lugares calurosos y con poca ventilación.

  



Debemos prestar especial atención a personas con algún tipo de afección neurológica y/o psiquiátrica, ya que el calor intenso puede agravar los síntomas de sus enfermedades, además de producir insomnio, somnolencia o excesivo cansancio.

En general, todos podemos experimentar problemas de insomnio, pero las personas mayores son las que se muestran más sensibles ante los cambios de temperaturas. Muchos de ellos ven fragmentado el sueño o no pueden conciliarlo tras haberlo perdido. El calor impide que el hipotálamo controle adecuadamente nuestra temperatura corporal, lo que hace que regulemos peor el sueño, y la calidad de éste se vea deteriorada. 

Pero esto se ve agravado en personas con enfermedades neurodegenerativas, y también por algunos medicamentos que dificultan la regulación de la temperatura en el cuerpo, con lo cual aquellos que suelen tomar medicación a diario, pueden tener mayores problemas. 

Existen muchas patologías psiquiátricas y neurológicas que acentúan el cansancio y fatiga dados por el calor. Probablemente, los pacientes que se ven más afectados son aquellos que sufren alguna enfermedad neuromuscular,  ya que a los problemas de movilidad que les generan sus enfermedades, el cansancio añadido del calor les impide desarrollar con normalidad sus actividades diarias y la fatiga, biológicamente entendida, puede agravar sus síntomas y signos deficitarios. 

Es importante destacar que la deshidratación es uno de los problemas más comunes en los pacientes con demencias. Ellos pueden tener alterados los mecanismos de control de la sed, de la movilidad y disfunción en la sudoración, como puede acontecer en la enfermedad de Parkinson, que también son una población de riesgo en este sentido.

Recuerde entonces hidratar al paciente permanentemente, y por sobre todo, prestar especial atención a la hidratación de los mayores, sobre todo si poseen alguna enfermedad neurodegenerativa. Aunque la persona le manifieste que no tiene sed, igual la persona necesita tomar agua para evitar la deshidratación. 

Muchos Saludos.

Fernando Taragano
 

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